Viajando tambien se puede tejer


Buenas tardes tejedoras!!


El verano llega a su fin y aunque me da mucha pena eso significa que en nada estaré tejiendo lana gordita con mis agujas grandes y me encanta.
Aunque este verano he estado bastante desaparecida no he parado de hacer cosas muy chulas. Para este verano y aprovechando que aprendí el ganchillo en mayo lo que más he hecho ha sido ganchillo. Cada vez le voy cogiendo más el gusto aunque me muero de ganas de coger mis agujas del 9 y tirarme horas y horas tejiendo bonitos gorros y cuellos.

Este verano me propuse un reto: llevarme mi labor a cualquier sitio al que fuera. Cada finde semana ha estado yendo y viniendo conmigo al pueblo y nada más bajar del coche mis queridas vecinas me preguntaban que traes esta semana, seguro que venias con la tarea en el coche y para que engañarnos así es, hay que aprovechar las horas de coche y más si son con atascos.  Aunque este finde semana perdí mi aguja por el coche, me distraje un segundo para cambiar de canción y cuando me quise dar cuenta se me cayó y se coló por el agujero más difícil del coche, irrecuperable. Menos mal que en la maleta siempre van más labores y pase el finde semana con adelantando otros trabajos. Mujer precavida vale por dos (o eso dicen).
 
Pero llego el viaje importante y estaba emocionada. Nos íbamos a pasar unos días a Marruecos y mi labor tenía que venirse conmigo. Leí en foros, y blogs que las agujas de ganchillo se pueden pasar fácilmente así que no lo dude. La verdad que para estos viajes son mucho más cómodas las agujas de ganchillo que las agujas de punto aunque las circulares si las puedes pasar también pero todavía no me apaño muy bien con ellas. El viernes antes de viajar elegí un proyecto y aprovechando hilos de algodón que tenía por casa decidí hacer otro bolso. Son útiles y valen para cualquier estación del año. Sencillo, fácil de hacer y perfecto para este viaje. El control de maletas lo pasamos sin ningún problema y metí la aguja de ganchillo en el neceser de los líquidos junto a unas tijeritas plegables que había comprado en Sostrene Grene más que nada porque si lo hubiera tenido escondido por la maleta y me la hubieran tenido que revolver hubiera pasado demasiada vergüenza jaja.

Ya solo quedaba comprobar que en el avión no me pusieran ninguna pega y así fue. El vuelo era corto pero había que aprovecharlo y al fin me decidí, saque el ganchillo y me puse dale que te pego, la azafata me miraba y se reía yo creo que se sorprendió de verme pero no me pusieron ninguna pega. Así que ya lo se para próximos vuelos, una labor fácil, de las que no tienes que pensar mucho y a aprovechar las horas de vuelo.
 
Durante el viaje no ha sido menos y he ido adelantando el bolso por muchos de los monumentos de la bonita ciudad de Marrakech. El sitio en el más he tejido ha sido en la terraza del hotel, después de un día de turismo agotador no había nada mejor que darle unas cuantas vueltas al bolso mientras de fondo se oía la llamada a la oración.




Mi objetivo era tejer encima del camello pero ha sido imposible. Se movía más de lo que yo me esperaba y como en daba un poco de respeto esperamos a bajar para poder tejer sobre las dunas del Desierto de Zagora.
 
 
 
 


Otro de los lugares espectaculares que visitamos fueron los Jardines de Majorelle o lo que es lo mismo los jardines de Yves Saint Laurent. Era un jardín tan espectacular que ni en las fotos se puede apreciar. Cada banquito del jardín pintado en ese verde mint me llamaba para que me sentara en el a tejer un ratito. Bueno la verdad es que en ese jardín cualquier lugar era bueno para dar unas vueltas al tejido.
 
 
 
 



Os contare también que una de las cosas que más ilusión en hacía era encontrar el zoco de los tintoreros e ir a los curtidores. El primer día encontramos el zoco de los tintoreros, nos llevaban a él diciendo que era la fiesta del color, que había colores mágicos, lana, tintes y claro yo fue oír eso y me volví loca y le seguimos. Nos explicaron los colores, los que eran mágicos y solo se podían ver cuando había contacto del material con el agua, pudimos ver toda la lana colgada entre los tejados y la verdad que me emociono. Claro que el chico no nos llevaba por placer jaja sino que después de la visita nos vendieron unos bonitos pañuelos que claro yo compradora compulsiva, enamorada de la lana y de lo que acabamos de ver no pude decir que no y tras un duro regateo conseguí la pasmina que quería.

 


A los curtidores no pudimos ir por los fuertes olores y llevábamos todo el día llevándolos fatal y lo primero que te dicen es que para ir allí tienes que soportar olores muy muy fuertes que ni con la hierbabuena que te dan al entrar se puede casi soportar. Para quien no lo sepa los curtidores es donde tiñen las pieles y el cuero de forma natural y artesanal, pasando por cal, excrementos de paloma y finalmente teñidas y secadas al sol. Esa visita se quedó pendiente pero como no descarto volver por Marrakech en mi próxima visita será lugar obligado para visitar. 

También me lleve las pulseras que os enseñe hace días por si me topaba con algún niño o con alguien a quien pudiera regalárselas. La única ocasión que tuve fue al niño bereber que nos llevó con los camellos el día que pasamos la noche en el desierto. La verdad que le pregunte si quería un regalo y le saque la pulsera puso una sonrisa y me dejo ponérsela. No sé si le gustaría, si cuando me fuera se la quitaría pero me gusto regalársela ya que era un regalo solo para él. Y explico el “solo para el” a los chicos bereber que nos atendieron les dimos como todo el mundo la correspondiente propina pero seguro que eso se reparte y al pequeño no le llega nada. Así que esa recompensa solo era suya. Me sorprendió cuando el comenzó a tirar de los 4 camellos, apenas llegaría a los 8 años y ya estaba metido en el trabajo familiar.
 

 

Y hasta aquí mi aventura tejeril por Marruecos.

Como os decía antes el verano se acaba y con él llega la tranquilidad y las lanas gorditas, las tardes de tejer en el sofá con la manta y un café calentito y yo ya me muero de ganas. Ayer compre ya mis primeras lanas gorditas para un regalo que pronto muy pronto verá la luz. Pero ya no os entretengo más, nos vemos en el próximo post.


Y vosotras... ¿Qué estáis tejiendo?

No dejéis de tejer vuestros sueños
Un beso
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